Miró fijamente el título del libro y sintió frío y calor a un tiempo. Eso era, exactamente,
lo que había soñado tan a menudo y lo que, desde que se había entregado a su pasión,
venía deseando: ¡Una historia que no acabase nunca! ¡El libro de todos los libros!
¡Tenía que conseguirlo, costase lo que costase! ¿Costase lo que costase? ¡Eso era muy
fácil de decir! Aunque hubiera podido ofrecerle más de los tres marcos y cincuenta
pfennig que le quedaban de su paga..., aquel antipático señor Koreander le había dado a
entender con toda claridad que no le vendería ningún libro. Y, desde luego, no se lo iba
a regalar. La cosa no tenía solución...
¿Qué crees que hará Bastián Baltasar Bux para conseguir el libro?
Robar el libro
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